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Bibliografía comentada

Más historias de la corte de mi padre

Isaac Bashevis Singer

la trama

Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2002

La idea de incluír éste libro en nuestro sector de lecturas, es, además de sugerir excelente literatura, mostrar formas de práctica de nuestra actividad en distintos ámbitos. Siendo cuentos con carácter autobiográficos, coloreados por el magistral pincel de un Premio Nobel, brindan la posibilidad de transportarnos a una época y lugar determinados. Ofrecemos a nuestros lectores éste libro de la Editorial Norma y que curiosamente pertenece a la Colección la otra orilla, como esa mirada particular desde donde se enfrenta al conflicto.

Bashevis Singer obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1978. Nacido en Polonia en 1904 emigró hacia los Estados Unidos en 1935 donde vivió hasta su muerte acaecida en 1991. El libro engloba una serie de cuentos, más precisamente veintisiete, teniendo el carácter de relatos autobiográficos al describir historias de su niñez. Esos recuerdos de la infancia tardaron en plasmarse en papel. Recién en 1944 un diario idish de Nueva York publicó algunos de esos cuentos ya cuando los protagonistas y los lugares en su memoria habían sido cruelmente aniquilados de éste mundo. Recién en 1956 Bashevis Singer publicó en forma de libro sesenta de esos relatos en su lengua materna el idish. Sus trabajos fueron traducidos al inglés y el galardón que significó recibir el Premio Nobel de Literatura multiplicó el interés por conocer su obra. Tras su muerte se rescataron algunos textos que conforman el libro que nos ocupa.
Al decir que el autor nos brinda sus recuerdos y vivencias de niño, voy a situar al lector en el tiempo y entorno de éstos relatos.
Isaac Bashevis Singer era hijo de un rabino polaco que vivía en la calle Krojmalna, un barrio pobre y muchas veces marginal de la Varsovia judía de principios de siglo. Su casa, la número 10 de la calle Krojmalna es el escenario donde un niño pelirrojo de entre seis y diez años participa de las más diversas problemáticas del mundo adulto.
Su padre era un rabino, estudioso de los libros bíblicos, que estaba inmerso en una religiosidad que guiaba su vida cotidiana. Para describirlo cabalmente, en uno de sus cuentos Singer dice: “mi padre se acercaba a la cara el libro sagrado que estaba estudiando, como para ocultarse del mundo, de su lujuria y de sus tentacionesâ€. En su cuarto de estudio, recibía a los judíos que buscaban su sabio arbitraje o simplemente su consejo.
Esa especial mirada, su posicionamiento tan claro y simple a la vez es lo que atrae a un lector interesado en la temática del conflicto. Recorrer todos los relatos, es un muestrario de las más disímiles historias de seres humanos, muchos de ellos insólitos personajes descriptos magistralmente por la pluma del autor.
“La función del escritorâ€, decía Bashevis Singer, “es leer la naturaleza de los personajes de Dios. Y Dios también dejó sus huellas digitales sobre el barro con que creó a los extraviadosâ€.
Al transitar por sus relatos, vemos muy presente esa lucha entre el bien y el mal ante un extraño Dios contradictorio que muchas veces no satisface los interrogantes del niño. Ese niño que desde algún rincón de su hogar, sigue atentamente con los oídos y a veces con los ojos bien abiertos, las pasiones que allí se desatan. En varias oportunidades, el pequeño pelirrojo participa, a pedido de su padre, en ir a la búsqueda de la otra parte involucrada en la disputa. Ese “entrenamiento†de traer a la parte a la corte de su padre o llevar mensajes, le permite ampliar su pequeño mundo disfrutando de nuevos encuentros. Ese imaginario de niño, lo llevó a trazar toda clase de conclusiones y “no fue sino años más tarde que comprendió lo que había pasadoâ€. La necesidad de encontrar respuesta a los interrogantes que los adultos tienen sobre sus propias relaciones de pareja, lo lleva al autor a reflexionar e incluso arriesga interpretaciones freudianas cuando dice: “marido y mujer trataban de sabotear subconscientemente su vida en común. Tal vez él o ella tenían otro amor. Tal vez no eran felices sexualmente. Es fácil echarles la culpa de todo al sexo y al subconsciente.â€
También tenemos el ingrediente de lo fantástico, de los espíritus o conexión con lo espiritual de una persona, magistralmente tratados por Bashevis Singer cuando por ejemplo dice de una pareja ser víctima de un poltergeist. Explica esto como categoría de cosas en la que se conocen los hechos pero no existe explicación convincente de ellos. Insiste en que la conexión existe, que la actitud interna y las circunstancias externas están estrechamente ligadas y que sólo en los últimos años la gente ha venido a darse cuenta de que ese vínculo existe en realidad.
Toda ésta forma de enriquecer el relato, con los comentarios del autor desde su visión de adulto, pone un valor agregado a la obra y brinda al lector reflexiones interesantes.
Otro enfoque sobre los conflictos planteados, son los comentarios de la madre de Bashevis Singer. Su sabio escepticismo y su visión femenina frente al conflicto deja planteadas sus dudas sobre el futuro de los acuerdos alcanzados. Ella participa de las reuniones que se realizaban en el estudio de la calle Krochmalna, sirviendo té y bizcochos a los presentes cumpliendo esa función de reconfortar y distender el ambiente. Algunas de las mujeres que concurrían a la sala de estudio del rabino no dejaban de hacer una parada en la cocina de la casa para conversar con la esposa del rabino. Ella participaba de una u otra manera de todo lo que sucedía en su hogar; recibía a aquellos que llegaban y los conducía a la sala y muchas veces los relatos eran tan acalorados que se elevaba el tono de voz provocando su escucha involuntaria. También, el rabino solía comentar los casos con su esposa, quien a veces aportaba información o comentarios que ella recogía de la calle.
Si quisiera agrupar los veintisiete cuentos para clasificarlos y así poder contarles la temática de ellos, abordaré la tarea explicando el ciclo de la vida.
Los ritos del ciclo de vida, desde una óptica judía, marcan una serie de ceremonias, con reglas, costumbres y observancias que desde el punto de vista simbólico expresan la vida como una profunda experiencia espiritual única e irrepetible. Los ritos de vida, llamados también de pasaje ( porque se pasa de un estado a otro) son: el rito del casamiento, los ritos de nacimiento, los ritos del crecimiento y los ritos de la muerte.
Cuando hablo de celebración de casamiento debo mencionar su contracara: el divorcio. En el judaísmo tradicional no basta el divorcio civil para finalizar la unión matrimonial sino que es necesario que un tribunal rabínico, otorgue un certificado por el cual libera a la mujer de este hombre y ella pueda volver a casarse.
En Más Historias de la Corte de mi Padre, la mayoría de los cuentos tratan sobre la institución matrimonial, las relaciones de pareja y las desavenencias que muchas veces desembocan en el divorcio. Sobre los ritos de la muerte, hay un cuento titulado “Un trozo de oscuridad†que habla de la observancia de decir la oración en memoria de los muertos.
Otra historia titulada “Un pagaré falsificadoâ€, es según el autor: “un testimonio de la inocencia y maldad humanasâ€. El cuento “Buenos judíos pero....†es el que ha sido publicado íntegramente por el diario La Nación despertando tal interés en el público y provocando ésta primera reimpresión del libro tal cual lo tenemos hoy.

Victoria Gutnisky